sábado, 17 de diciembre de 2011

Teoría General del Goodellato


Cualquier teoría de la conspiración que se precie está basada en la explicación de un suceso a partir de la ocultación de sus verdaderas causas al conocimiento del público en general. Pero somos afortunados: un selecto grupo de visionarios, defensores de la verdad y sin ningún interés particular en el asunto -aunque luego se demuestre todo lo contrario-, acudirán hasta nosotros, sin que nadie les hayan invitado, con la sana intención de abrir nuestros ojos, oh! pobres ignorantes!, para iluminarnos el camino de la verdad.


Entre las teorías más conspirativas destaca con luz propia aquella que pone en cuestión -más que eso, niega- la llegada del hombre a la luna. Centenares de pruebas, manipuladas, convenientemente modificadas o dolosamente reinterpretadas, vendrían a demostrar que todo fue una farsa y que aquellos norteamericanos de finales de los sesenta, no solo consiguieron engañar a la mitad del planeta sino también, a las potencias rivales que pugnaban contra los Estados Unidos durante la guerra fría. 

La teoría general es susceptible de aplicarse en cualquier competición deportiva y no os quiero ni contar lo que sucede en la liga española de fútbol, tomada por mentirosos, manipuladores y periodistas, algunos, que han hecho de la respetable profesión de clown su único medio de ganarse las habichuelas. El mundo de la NFL cuenta con sus propias conspiraciones, conocidas como Goodellatos. Y lo escribo en plural ya que, machotes como somos, no nos contentamos con una única conspiración, no. Durante el transcurso de cualquier temporada asistiréis impávidos y ojipláticos a la formulación, promoción y defensa de varias de las teorías conspiranoicas siempre orientadas a que sea un equipo en particular quien logre el campeonato.


EL GOODELLATO

Formulación de la Teoría General del Goodellato: Roger Goodell en función de unos intereses personales y con la colaboración de los árbitros -más conocidos por cebras-, han tramado un plan diseñado para adulterar la competición y favorecer a un equipo de tal forma que en febrero sea esa y no otra la franchise que levante el Vince Lombardi.

Negación de la Teoría General del Goodellato: Pues que según unos visionarios, el equipo favorecido son claramente los New England Patriots, según otros, los Green Bay Packers, unos terceros creen a pies juntillas que estamos hablando de los Pittsburgh Steelers e incluso, hay piensa que los Indianapolis Colts son, sin sombra de duda, el equipo del Goodellato. Curiosamente nadie habla de Goodellatos cuando se refiere a los Buffalo Bills, Tennessee Titans, Jacksonville Jaguars o Cleveland Browns. Pero en cuestiones conspiracionales no se puede estar en un bando y en otro a la vez, como no se está medio embarazada: o se está, o no se está. Y para el tema que nos ocupa, o la conspiración funciona en favor de los Pats o de los Packers, no pueden haber medias tintas.

Formulación de un buen Goodellato: Cualquier Goodellato que se precie deber reunir todas o gran parte de las siguientes características:
1. Preparación. Los más ilustrados -que no lo son todos, más bien al contrario: nuevos aficionados llegados directamente del soccer-, nos recordarán las mil y una referencias de cómo, en el pasado, las decisiones arbitrales decidieron partidos, eliminatorias o incluso campeonatos.
2. Información Privilegiada. El segundo paso es más interesante. En él, nos irán señalando todo tipo de jugadas en las que el equipo sujeto al Goodellato, es beneficiado, directa o indirectamente:
2.1 Directa: En los partidos que juegue el equipo sometido a la conspiración, una abrumadora mayoría de decisiones arbitrales irán en su favor. Así, cualquiera "podrá comprobar" como el equipo rival es castigado inmisericordemente con toda una serie de injustas e inexistentes penalizaciones mientras que a nuestro protagonista se le permite cualquier exceso del reglamento. En realidad, poco importa que los defensores de estas teorías no conozcan suficientemente el reglamento, que la jugada ofrezca dudas o sea totalmente válida, eso ¿qué más da?.
2.2 Indirecta: Por si ello no bastara, nos harán notar que la conspiración también corre silenciosa por otros campos: todos los potenciales rivales a discutir el cetro del equipo de las entretelas de Goodell son siempre perjudicados.
2.3 Eliminación de información no conveniente: Por supuesto, cualquier acción que contradiga esta teoría quedará automáticamente eliminada. Así, cuando una decisión de los cebras perjudique a la franchise Goodellatil o beneficie a sus rivales directos, quedará automáticamente suprimida del registro de datos y olvidada en el pozo de los tiempos.
3. Voluntariedad. En realidad esta es la clave del Goodellato. Ante tal avalancha de datos, cifras, reseñas y recuerdos (exagerando las más vistosas), ¿de verdad puede creer alguien que todo eso son sucesos puramente casuales?. O, por contra, ¿todo forma parte de un maquiavélico plan para favorecer descaradamente a un equipo?. Demuestre que es listo y responda que "sí". Demos un paso más adelante: ¿quien podría dudar ahora de la inexistencia de un complot para favorecer a ese equipo?. A estas alturnas, nadie.

 

Todo vale en el arte de publicitar su particular teoría de la conspiración y, si se puede, ganar para la causa algún adepto. Pero este tipo de prácticas, cuando se aplican al deporte y se extienden en base a una firme creencia, no son más que la expresión de un nulo espíritu crítico, un bajo conocimiento del fútbol profesional, de sus reglas, de su historia y una nula confianza en la capacidad de su propio equipo pues siempre nacen tomando como objetivo el rival más fuerte. Y curiosamente, el Goodellato siempre se ejecuta contra su querido equipo, nunca en su favor; curioso, ¿verdad?. Es mucho más cómodo pensar que, en caso de victoria el equipo lo consigue contra todos y pese a todo. Y si al final uno fracasa, qué mejor consuelo que pensar que era una misión que otros convirtieron en imposible.

No temáis, se cansan pronto. Y sino lo hacen, aburren tanto que acaban siendo obviados. El único error que podríais cometer sería el de intentar razonar con ellos y hacerles ver su exageración. Tiempo perdido.

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