jueves, 13 de octubre de 2011

Hey, Mother Fucker!


- Hey, hijo de puta!.
Cuántas veces no hemos sido saludados con esta entrañable expresión por uno de nuestros amigos. Utilizar insultos como muestra de afecto es una costumbre extendida por estos lares e intuyo que ocurre lo mismo en el resto del planeta, incluso de la galaxia. pero, ¿qué ocurriría si hoy mismo, al salir del coche, un desconocido nos soltara la misma frase con igual entonación?. Probablemente alguien le cruzaría la cara a alguien, ¿verdad?. Una de las virtudes del ser humano, animal racional, reside en la facultad de interpretar un mismo hecho en función de las circunstancias especiales o condicionantes puramente subjetivos, que influyen en nuestra toma de decisiones.


Algo parecido ocurrió la semana pasada con el ínclito Brett Favre. Don Brett -para algunos-, o el 'Abuelo Gagá -para otros-, preguntado sobre los éxitos de los Green Bay Packers y de la evolución deportiva de Aaron Rodgers, declaró en el programa de radio 790 The Zone:

"Seré honesto, no me sorprendió. La mayor sorpresa para mí fue que no ocurriera antes. Todo el tiempo supe lo bueno que podría ser Aaron Rodgers como mariscal de campo y las altas expectativas para él en esa posición. // Rodgers es muy brillante y tuvo la oportunidad de mirar y ver hacerlo bien a equipos triunfantes. Así que aterrizó en una buena situación. Además de eso, es un buen jugador. No creo que siga habiendo presión sobre él, el talento del conjunto es mejor del que yo tuve ahí. // Aaron tuvo su oportunidad aunque en el último par de años pareció que era casi un novato, lleva tiempo ahí. // Me gustaría pensar que observó, aprendió y cuando tuvo ocasión de jugar, aportó su habilidad, cosa que evidentemente era muy buena o de otro modo no hubiera sido reclutado en primera ronda". // Realmente no me sorprendió que haya tardado tanto en llegar estos éxitos. A principios de la temporada pasada las cosas no habían madurado aún y no sabía si sucedería. Simplemente pensé que cuando encontrara su ritmo, serían difíciles de vencer. Y eso fue lo que ocurrió".

El aludido, Aaron Rodgers, el "insultado", era quien debía interpretar si las declaraciones de Don Brett era un simple "hey, hijo de puta!" o todo un "hey, hijo de puta!" y decidió por la tercera vía: pasar sobre el asunto con elegancia. Así que tras señalar que "son necesarios 53 hombres para ganar un campeonato", no le dió más importancia al asunto; aquí paz y después gloria. Pero otro hombre, que pasaba por ahí, creyó que habían insultado gravemente a quien salía del coche -aunque éste último no se hubiera dado por ofendido- y arremetió contra el primero sin reparar en adjetivos ni estupideces.

Ese individuo se llama Rodney Harrison, un jugador retirado, safety de los San Diego Chargers y New England Patriots. Por alguna desconocida razón, quizá ganas de protagonismo en NFL Total Access, malgastó los cinco minutos de gloria que dicen que todo ser humano disfrutará durante su vida para saltar a la yugular de Don Brett e interpretar lo que los protagonistas de esta opereta jamás dijeron:

"¿Con qué finalidad Favre sale en este momento y critique a un tipo que ha tenido mucha clase?. Ambos ganaron Super Bowls a los 27 años y les garantizo que si Rodgers juega otros doce años, ganará otro Super Bowl. // Todo suena bien pero al final Favre es alguien que odia a la gente. Está completamente celoso de Rodgers. Los fans en Green Bay trataron bien a Favre. Los medios lo trataron bien. No tiene razón para ser un viejo tan amargado. // Acepta a este joven, hazle cumplicos, eso es lo que se merece. Podría entenderlo si Rodgers fuera un patán, pero no lo es. Es un tipo con clase. Un individuo humilde. Necesitamos a más gente como él representando a nuestra liga diariamente. // No olvidemos que Favre se fue porque quiso, se fue a Minnesota, dentro de la división. Él lo quería. Se fue a los Jets. // Es un tipo que siempre ha querido atención, un tipo egoísta. Es la naturaleza de Favre. Lo entendemos y lo sabemos"

A buen seguro que alguno de los dos protagonistas -sino los dos-, sentados en el sofá de casa, ante las declaraciones de Harrison pensaron: "Oh.... shut up, mother fucker!".

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