Ayer publiqué en el twitter del blog el estado de ánimo que encabeza este artículo. Es una pesada losa que ha estado cayendo sobre mi de forma lenta, pero implacable. La conducta de jugadores, propietarios y organización es, cuando menos, obscena. Que los que viven de esto no muestren ningún interés en buscar una resolución del conflicto, mientras los aficionados seguimos manteniendo encendidas las brasas es, simplemente, indecente.
Debería darles vergüenza. A todos.
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